"Elle est triste elle fait valoir
Le doute qu'elle a de sa réalité dans les yeux d'un autre."

En exil, Paul Eluard.

lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Por qué esta ciudad tiene tantas escaleras?

"No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan Desde la fuente al mar, en ocio atareado. 
Llenos de su importancia, bien fabril o agrícola; 
La fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple, 
El multiforme mar, incierto y sempiterno. 
Como en fuente lejana, en el futuro 
Duermen las formas posibles de la vida "
Luís Cernuda: A un poeta futuro


"Que el sol sólo es el sol si brilla en ti. 
La lluvia sólo la lluvia si te moja al caer."
Joan Manuel Serrat: Para vivir



-¡Feliz día de los inocentes!
Y yo todavía no sé qué hacer con esta media galleta echada irremediablemente a perder tras haberla mojado en un café con sal.

Rebobinemos 5 minutos.

-Son las 9 ya (te ibas a las 9 y 20, ¿no?), ¿quieres que vaya haciendo café?
-No, si te lo quería llevar yo a la cama.
Mi empanamiento universal a estas alturas del día me impide reaccionar, así que me tumbo en la cama a pensar en cómo volver a pedirle, una vez más, que se case conmigo, y pongo nuestra canción, la de Pedro Guerra.
Ángela trae la taza de café y las galletas. Yo mojo la galleta, plantándole cara al destino, en vez de beber directamente el café, como habría sido lo normal. Entonces pienso que la pobre mujer se ha equivocado y le ha echado sal sin querer...
Luego pienso mejor que es una irresponsable por malgastar el preciado café colombiano de comercio justo, pero de nuevo se adelanta y saca otra taza (mucho más llena, mucho más roja, mucho más bonita) con café del bueno y...con azúcar.
-Tranquila, había utilizado café del malo.
Yo sigo pensando en mi declaración de amor, pero a estas horas del día ella es mucho más rápida y ágil mentalmente que yo y ya está saliendo por la puerta.

Adelantemos 3 horas.

Volvemos a hacer maletas con la banda sonora del "hay que ver cuantas maricadas que tenemos". Pero hacer maletas así da gusto, porque tenemos donde dejarlas, y volver a esparcirlas, y volver a vaciarlas repitiendo otra vez la frase. "Hay que ver cuantas maricadas tenemos". Esta mañana invertimos los roles. Yo, estoy tranquila (la física dice que tiene que caber todo) y me lo tomo con calma, ella representa el nerviosismo y la contrariedad (hay que ver cuantas maricadas tenemos)

Rebobinemos 7 días

-¡Hola!¿te molesto?
-No, dime
-¡He firmado!
-Reeee bien, ¡felicitaciones! ¿vienes a la casa y lo celebramos?
Yo con mi contrato de trabajo indefinido firmado, aunque es cuidando niños de nuevo y apenas 9h por semana, pero mis cálculos me dicen que con eso tengo para el alquiler, más otras chapucillas...
Entonces decido tomar la bici en vez del metro, porque sigue siendo diciembre y sigue haciendo tanto sol, que es un pecado resistirse a sus encantos. Ni siquiera me pongo música, pues la canción ya la tengo elegida y está en mi cabeza, lleva mucho tiempo ya ahí.
-qué dirán las vecinas, cuando aparezcas en limusina....
Los franceses del barrio más chic de Lyon me miran. Una sonriente joven española cantando en bici con un contrato indefinido de niñera en el bolso se escapa de sus problemas cotidianos. Una joven que piensa que es verdad lo que le decían, aquella semana debería haber jugado a la lotería, era increíble que una vez tomada la decisión, en apenas 10 días había conseguido techo y trabajo. Aunque apenas 9h por semana, más otras chapucillas...

Rebobinemos 10 días

Seguía inmersa en el tema del eterno retorno: Quizás ya es hora de saber ya lo que quiero. ¿Volver a cuidar niños? 24 años no es tanto. Una vez me escribieron una carta en la que el redactor en cuestión me confesaba que, una vez, estaba en una de aquellas reuniones políticas de los años 1970, y trotskistas, y maoistas, y stalinistas peleando, y se dijo, "¿pero qué hago yo aquí?". Aunque también me regalaron una vez una guía (usada) de Uruguay, por si un día realizaba mi sueño.
Claro, "¿pero qué hago yo aquí?" ¿Y allí?, ¿Qué haría allí?. Deshojaba una margarita que en verdad era una mandarina en la cima de aquellas escaleras.
Maldita ciudad, y malditas decisiones. Pareciera como si estuviésemos subiendo escaleras, tantas tantas escaleras, valorando, equilibrando, pensando, cuestionando, pero una vez tomada la decisión, tan sólo quedaba el plácido ejercicio de descender los escalones. Simplemente había que poner cuidado para no tropezar, pero el trabajo ya estaba hecho.






















Malditas escaleras.

¿Por qué esta ciudad tiene tantas escaleras?



















           
...tantas escaleras?

Adelantemos, ya por fin, un día. Como dato orientativo, es viernes 11 de diciembre.

-¡Hola! ¿A quién despierto de la siesta?
-A mí no, no sé si papá estaba dormido.
-He decidido que me quedo. No hay problema, con el Máster me lo apañan, solamente me queda casa y curro. Pero para la casa, tengo una genialidad en mente, y para el curro, acaba de llegarme un email para una entrevista el lunes. Así que...¿cómo verías si cojo unos billetes de estos de promoción para ir unos días en Navidades a Madrid?
Ya solamente nos queda la cuesta abajo. Aunque sea con café con sal, una vez al año... no hace tanto daño.

Las pastillas del abuelo: Tantas escaleras



1 comentario:

  1. Las escaleras son por las cuestas, las cuestas son por los montes y los valles en los que crecieron la mayoría de ciudades. Otras escaleras nos las ponemos nosotros mismos tratando de alcanzar las alturas, desde donde siempre hay mejores vistas.
    Las dudas son los escalones que vamos aclarando (o no)y si lanzo una piedra a la laguna del tiempo, rebotando en la superficie, las ondas de los recuerdos terminaran por expandirse y mezclarse hasta difuminarse. Es lo que tenemos los viejunos.

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